Gripe: qué es y cuáles son sus síntomas
Se acerca el invierno y, con él, aparecen las primeras oleadas de gripe. Así que, si estás empezando a encontrarte mal y sospechas que podría tratarse de una gripe, en este artículo te explicamos qué es la gripe exactamente, te ayudamos a identificar los síntomas más habituales y te damos las claves para diferenciarla de un resfriado. ¡Empezamos!
¿Qué es la gripe?
La gripe es una enfermedad infecciosa muy común que afecta al aparato respiratorio. Está causada por el virus de la influenza y, aunque se considera leve, puede tener complicaciones en personas mayores o con enfermedades crónicas.
Suele aparecer durante el invierno o la primavera y, generalmente, lo hace en brotes u oleadas. De hecho, cada año causa epidemias en todo el mundo y se estima que la padece entre un 5% y un 20% de la población.
Pero, ¿por qué es tan contagiosa y cómo se transmite? ¡Ahora mismo te lo explicamos!
Cómo se contagia la gripe
La gripe se contagia muy fácilmente entre una persona y otra. Esto ocurre al inhalar gotas diminutas de saliva o secreciones procedentes de la tos, los estornudos o el habla de alguien con el virus de la influenza. También se puede transmitir al tocar una superficie que tenga el virus y llevarse las manos a la boca, la nariz o los ojos.
Al tratarse de una enfermedad muy contagiosa, si sospechas que tienes gripe, lo mejor que puedes hacer es quedarte en casa mientras duren los síntomas, cubrirte la boca y la nariz cuando tosas o estornudes, y lavarte las manos con frecuencia.
Ahora bien, ¿cómo saber si tienes gripe y no un resfriado u otra enfermedad? Atención a los síntomas.
Síntomas de la gripe
Como ya has aprendido, la gripe es una enfermedad que afecta al aparato respiratorio, por lo que los principales síntomas se sufren en la nariz, los pulmones y la garganta. Normalmente, estos aparecen de 1 a 4 días después de haber entrado en contacto con el virus y pueden variar de una persona a otra y según la fase de la gripe en la que estés. Toma nota de los síntomas más comunes:
- Malestar general
- Fiebre alta (superior a 38ºC)
- Dolores musculares
- Dolor de cabeza
- Dolor de garganta
- Congestión y secreción nasal
- Tos intensa, incomodidad en el pecho y dificultad para respirar
- Fatiga
- Algunas personas también pueden tener vómitos y diarrea, aunque es algo más común en los niños que en los adultos.
El diagnóstico de la gripe se lleva a cabo mediante la exploración física por parte de un médico y no suele ser necesario realizar pruebas adicionales, ya que estas no modifican el tratamiento a seguir, entre los cuales encontramos reposo y medidas para bajar la fiebre.
¿Gripe o resfriado? ¿Cuál es la diferencia?
Aunque gripe y resfriado comparten una parte de la sintomatología, hay que tener claro que el resfriado:
- No produce fiebre ni escalofríos o lo hace de forma muy ocasional.
- Viene acompañado de lagrimeo y estornudos muy frecuentes.
- No suele producir fatiga, dolores musculares o de cabeza, y, si se experimenta alguno de estos síntomas, es de forma leve o muy leve.
- Si aparece tos, es moderada y seca.
- La aparición de los síntomas es más gradual que en la gripe, en la que se presentan de forma repentina.
- Puede darse en cualquier época del año, no solo en invierno.
Además, mientras que la incidencia de resfriados en adultos es de 2 a 4 veces al año, la de la gripe es de 1 vez cada varios años.
Posibles complicaciones
Por lo general, la mayoría de personas que padecen de gripe se recuperan en menos de dos semanas. No obstante, puede haber complicaciones como la bronquitis, la sinusitis o la infección de oído. Algunas de las más graves son la neumonía, la inflamación del miocardio, el cerebro o los tejidos musculares. Además, la gripe puede empeorar otros problemas de salud crónicos como el asma.
Quienes tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones son los mayores de 65 años, las embarazadas, los menores de 5 años y las personas que tienen afecciones crónicas como asma, diabetes o enfermedades cardíacas, hepáticas, renales, metabólicas o hematológicas. También puede ser grave en personas inmunodeprimidas y en aquellas que están recibiendo quimioterapia o tratamiento con corticoides, por ejemplo. En estos casos, lo ideal es siempre consultar con un profesional y hacer un seguimiento de la enfermedad y su evolución.
Ahora que ya conoces los síntomas de la gripe y cómo se presentan, puedes poner el foco en la prevención y el tratamiento más adecuado para tu caso. De todos modos, recuerda que, ante la duda o si perteneces a alguno de los grupos de riesgo que hemos mencionado, lo más recomendable es ponerte en manos de un especialista.